Ojalá vivir bajo la lluvia...

¿No os pasa, que cuando tenéis un mal día lo único que os alivia es tener un momento de calma, un par de minutos en silencio, un buen baño de agua caliente con sales aromáticas? Y que todo eso dure un laaaaargo tiempo.
A mi, por ejemplo, me encanta ducharme porque siento que me libera de todos los males, aunque sea por unos segundos o por tantos que acabe saliendo como una pasa. Para mi es un instante reparador donde siendo cómo cada gota de agua borra mis preocupaciones. Parece absurdo, pero es que las mejores cosas lo son. Siento que el agua limpia toda esa mala energía acumulada durante el día, y que ésta se desliza por el desagüe.
Sin embargo, inevitablemente, luego vuelvo a salir a una cruda realidad que debo de enfrentarme, bañada una vez más de esos problemas que he creído poder olvidar.
¿Por qué no podemos vivir eternamente bajo esa lluvia purificadora?